Caminar descalzo para sentirse bien… ¿Cuándo fue la última vez que caminaste descalzo? Me refiero a caminar una distancia larga o un tiempo mayor de 20 minutos.
Pues, a lo mejor lo hiciste en la playa durante tus vacaciones del año pasado o de este año si los has tenido ya.
Lo curioso es que, observando la vida a mi alrededor, me doy cuenta de que caminar descalzo es algo muy raro de ver. Parece que la gente tiene “miedo” a quitarse los zapatos.
Y si lo hacen se quedan en un sitio como tratando de reservar para si mismos este trocito de espacio para estar descalzo porque en otros espacios los zapatos se llevan sí o sí.
Debe de ser algo cultural, esa distorsión que establece relación ficticia entre andar descalzo y la pobreza económica. Hoy en día veremos a gente descalza en la calle en países “no desarrollados”.
Los países industrializados (esos “desarrollados” – un eufemismo absurdo y falso: desarrollados hasta tal punto que la cantidad de mierda que producen supera lo inimaginable, índice de suicidios va creciendo sin parar, enfermedades de todo tipo proliferan…) no verás a nadie andar descalzo por las calles.
El movimiento barefoot de los países anglosajones nació muerto, como otras muchas modas pasajeras… Algunos famosos se apuntaron a esta movida y, creo, lo dejaron poco después. Suele pasar.

León Tolstoi descalzo retratado por famoso pintor ruso Ilya Répin

Entre los personajes históricos y mundialmente conocidos que practicaban caminatas descalzas estaba conde León Tolstoi, que además gustaba trabajar en el campo segando la hierba con guadaña, arando la tierra junto con los campesinos en tierras de propiedad del conde. Y no era una pose, lo hacía con gusto, con sinceridad, creyendo en lo que estaba haciendo. En general era un personaje más que extravagante, además de ser un escritor de renombre mundial.
Recuerdos de mi infancia
Recuerdo mi infancia, 5 – 7 años de edad. Cuando empezaba el verano y las vacaciones nos quitábamos los zapatos y pasábamos el verano caminando descalzos. Por todo tipo de superficies: asfalto, hormigón, mucha tierra abierta, hierba (incluidas las plantas con muchos pinchos ;).
En Tashkent, mi ciudad, las temperaturas fácilmente subían a los 40 y pico grados en verano y, lo recuerdo nítidamente, se fundía el asfalto de las calzadas. La aceras se calentaban hasta tal punto que pisarlas descalzo era como andar por una sartén caliente.
Corríamos por las calles felices e ignorantes, todo el día, las puertas de las casas no se cerraban con llaves (no existía ninguna necesidad, era una convivencia humana y feliz), nuestras madres se asomaban por las ventanas llamándonos a gritos para ir a comer pero, como íbamos en pandilla, invadíamos la casa más cercana, de alguno de los amiguetes y es donde nos alimentaban. Lo mismo pasaba en mi casa y las otras casas.
Y cuando esa comida atropellada y tumultuosa se acababa salíamos corriendo a la calle a seguir corriendo sin parar (no es una exageración) hasta bien entrada la noche con nuestras madres desesperadas por meternos a las casas (con alguna que otra bronca de por medio). Y al día siguiente vuelta a empezar.
La felicidad descalza, ingenua, sincera, sin límites…
Caminar descalzos para sentirse bien – condenados a llevar zapatos
Me da la impresión de que los urbanícolas se quitan los zapatos tan sólo en dos ocasiones: cuando se van a dormir y cuando se duchan.
En las demás ocasiones los pies están bien empaquetados, bien encerrados en estas conservas que nos llevamos todo el año.
Originalmente, si la teoría de la evolución de amigo Darwin es correcta (no es más que una teoría, una visión y personalmente a mi me parece muy forzada), evolucionamos poco a poco y, por lo tanto, nuestro diseño preve caminar descalzos.
Por el contrario, si la visión creacionista es correcta y fuimos creados, nos crearon sin zapatos, estos últimos aparecen muy tarde en la historia humana.
Según el estudio de la University of the Witwatersrand in Johannesburg, South Africa, publicado en la revista de podología The Foot con el nombre “Calzados versus descalzos: La aparición de patología del antepié en los seres humanos modernos?” compararon los pies de 180 individuos de tres grupos de población diferentes (sotho, zulú y europeos) entre ellos y con los pies de esqueletos de hace 2.000 años.
Como resultado de la investigación llegaron a la conclusión de que antes de la invención de calzado los pies del ser humano eran más sanos. Y entre los sujetos modernos estudiados dentro de la investigación, los Zulú, que habitualmente andan descalzos, tienen los pies más sanos, mientras que los europeos, es decir los habituales usuarios de calzado, tiene los pies menos sanos. [Fuente]
Sin duda alguna habrá gente que durante la época estival anda por casa sin zapatillas, con los pies descalzos.
No me parece interesante esta opción porque las superficies lisas no contribuyen a una vivencia estimulante, en el mejor de los casos es agradable o, incluso, algo neutro, inocuo. Esas superficies son muy pobres en la textura que tienen.
Lo mejor es caminar sobre la tierra, con o sin vegetación. Así el arco plantar trabaja mejor, los músculos, tendones y las articulaciones de los dedos y del tobillo también hacen un trabajo mucho más intenso.
Pero, sobre todo, la gama de sensaciones que percibimos se enriquece hasta el infinito puesto que las superficies naturales no se repiten nunca.
Esa riqueza de sensaciones que percibimos contribuye a paliar, en parte, el hambre sensorial que padecemos al llevar el calzado y la ropa.
Caminar descalzos para sentirse bien es algo que podemos practicar fácilmente en los parque de las ciudades.
Caminar descalzos para sentirse bien – algunos de los múltiples beneficios
- fortalece los músculos de los pies y tobillos
- las piernas en general ganan en fuerza y aumenta la agilidad al andar
- la pisada se hace más amortiguada lo cual nos lleva a menor cansancio y evitamos la sobrecarga muscular
- muy indicado para mujeres que usan tacones altos como una medida compensatoria y preventiva
- mejora el funcionamiento de los órganos internos
- disminuye el estrés y la ansiedad
- libera de las tensiones acumuladas en el cuerpo
- caminando descalzos provocamos una sutil pero importante reorganización de trabajo muscular en todo el cuerpo
- se produce una descarga de la electricidad estática que se acumula en el cuerpo debido al uso de materiales sintéticos, calzado que impide el contacto directo con la tierra, casas que transpiran y se ventilan bastante mal
Pues eso, caminar descalzo para sentirse bien hace que la calidad de vida sea mejor, amigo mío! Toca la tierra desnuda con tus pies desnudos. Namasté!
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